El cine sobre arte. Un siglo de
experimentación
Alcances
ofrece en la programación de su 53 Edición una parte del ciclo Cine sobre arte. Un siglo de experimentación,
organizado por el Museo Reina Sofía y comisariado por Guillermo G. Peydró, que
también es miembro del jurado oficial este año. El ciclo original se compone de
ocho programas, de los cuales Alcances ha seleccionado cuatro. Aquellos que a
nuestro juicio tienen un interés más didáctico para el público, dentro del afán
pedagógico sobre cine y otras artes que debe informar a un festival audiovisual
contemporáneo.
Aunque la
filmación de las artes es muy temprana, comenzará a perfilarse en un espacio
propio a partir de los años veinte y treinta, principalmente en Francia,
Bélgica e Italia. Sus ramificaciones y debates se prolongan hasta día de hoy. Será
con el fin de la 2ª Guerra Mundial cuando se concretará lo que podría
considerarse un género autónomo, con debates internos, polémicas y
ramificaciones de diversas propuestas formales enfrentadas. Su terreno por
excelencia será el de la no ficción. A mitad de los años cuarenta, la UNESCO
decide que el filme sobre arte puede ser un instrumento crucial en el proceso
de reconstrucción cultural y política de una Europa en ruinas; se multiplicarán
entonces los encuentros internacionales de artistas, cineastas, compositores,
historiadores del arte o escritores, pensando juntos, en el contexto de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, qué puede significar la
filmación de las artes; qué opciones específicas de rodaje, montaje o escritura
de guión debe tener una película sobre arte. Las implicaciones de las
decisiones estéticas que siguieron a toda esta efervescencia teórica y práctica
llegan hasta nuestros días, en películas que cuestionan o desarrollan aquellos
experimentos pioneros, derivando en algunas de sus sorprendentes formulaciones
actuales en el ensayo, la instalación o el webdoc.
Trazar esta línea de experimentación de un siglo en sus diferentes opciones
formales y conceptuales es la propuesta de este ciclo.
Con
una historia en gran medida desconocida, limitada en la percepción general a
documentales realizados con moldes televisivos y a algún ejemplo aislado y descontextualizado
–como Le Mystère Picasso, de
Henri-Georges Clouzot (1956)–, el cine de no ficción sobre arte es sin embargo uno
de los campos más fértiles de la historia del cine. No en vano ha sido abordado
por algunos de los principales cineastas del siglo XX, como Robert Flaherty,
Carl Theodor Dreyer, Michelangelo Antonioni o Agnès Varda, y defendido con
entusiasmo por algunos de los más relevantes teóricos del arte y del cine desde
los años treinta, como Pierre Francastel, Siegfried Kracauer o André Bazin. La
importancia estética y política del cine sobre arte, su papel en la reinvención
del género documental, por un lado, y en la reconstrucción cultural europea
frente a los fascismos y tras la 2ª Guerra Mundial, por otro, fue pronto puesto de
relieve por autores como el historiador y crítico de arte italiano Giulio Carlo
Argan, quien declaraba en 1948:
Si el propósito de la crítica de arte
es entender una obra de arte del pasado con la apreciación de un hombre
moderno, los filmes sobre arte son de hecho crítica de arte; y si, como creo,
la crítica de arte tiene un propósito social, puede ciertamente decirse que,
desde un punto de vista social, los filmes sobre arte son el más vivo y
efectivo sistema de crítica.
Se
trata, en definitiva, de un campo creativo autónomo, independiente tanto del
filme realizado por artistas como del cine puramente experimental que ensaya
operaciones de expansión de la visión, preocupado por la luz o el color. Posee una
tradición con literatura crítica propia, delimitada internacionalmente con la
denominación de film sur l'art o film on art: películas creadas por
cineastas procedentes del documental o de la ficción, que investigan cómo
utilizar las herramientas expresivas de su medio para traducir las artes
visuales a cine. Comparten la idea clara de concebir películas que no sean
meras reproducciones comentadas de las obras de partida, sino la revelación de
su esencia por otro medio artístico. Como lo definió el crítico y teórico André
Bazin: “un ser
estético nuevo, nacido de la conjunción entre la pintura y el cine”.
Este
programa traza una cartografía de las posibilidades de este campo a lo largo de
un siglo, dejando a un lado ejemplos mucho más conocidos del cine de ficción
para poner de relieve la experimentación inagotable producida desde la no
ficción. Organizado como un recorrido por una serie de tendencias
diferenciadas, cada sesión partirá de un experimento pionero, para a
continuación mostrar películas que modifican en distintas direcciones esa idea
inicial. Con ello, busca mostrar la experimentación, complejidad y actualidad
de un género que amplía los significados del arte a través del medio
fílmico.