El pasado año ensayamos un ciclo en la programación de Alcances donde pretendíamos ensanchar el concepto de documental con una serie de filmes que tenían una pata en la ficción y otra en la no ficción, en un estimulante diálogo que enriquecía las propuestas cinematográficas. Esta edición el festival sigue indagando caminos que llevan al documental a los complejos aspectos del cine contemporáneo, con una segunda parte de “En los límites de la realidad”. Hay dos filmes de los presentados que están más incardinados en la filosofía del pasado año, los premiados Touch me not y Teatro de guerra, mezclando realidad y ficción –o realidad ficcionalizada, como se prefiera- pero este año Alcances da un paso más en este ciclo con las otras dos propuestas, Letters to Paul Morrisey y Trote, que son más bien de ficción pero con unas técnicas que hacen pensar como el cine documental está influyendo en todo el cine contemporáneo. Señal de cómo el género de la no ficción se ha convertido a estas alturas del milenio en el gran motor de la innovación en el lenguaje fílmico.